Un recuento de poesía peruana publicada en 2022
2022 ha sido un año muy interesante para la poesía peruana al igual que 2021. Lleno de publicaciones que colocan a la poesía de este país más cercana a recorridos similares (virando hacia lo electrónico, lo visual y lo multimedia) que se vienen realizando en Argentina, Chile, México o Brasil. Es decir, el surgimiento lento, postergado pero firme de una poesía de lo digital, que ya no solo nombra el ciberespacio sino lo utiliza activamente para sus creaciones poéticas. Una poesía electrónica peruana que hace años viene existiendo pero que ahora, debido a un contexto de conexión masiva, empieza a proliferar en voces y representantes. La diferencia del surgimiento de este tipo de literatura en Perú es que este se está produciendo sin la influencia de un aparato institucional que se fije en estos proyectos como “poéticos” y les de un espacio para socializar. Podríamos decir inclusive que, por ahora, la mayoría de premios y apoyos estatales escritos pensando en la poesía impresa, se esfuerzan en ahogar la existencia de algún tipo de escritura digital. Esto ha marginado a la electrónica peruana a un espacio “salvaje” para crecer, con las implicancias positivas y negativas de esa naturaleza.
No sé cuánto tiempo tome para que esa olla a presión estalle. Quiero decir, hay mucha poesía peruana que está escribiéndose, tanto en Lima como en provincias y que está desarrollando ejes experimentales desde lo digital, lo sonoro y lo visual que por ahora no tiene ninguna representación en los comentarios, reseñas o recuentos anuales que se hacen en la crítica en prensa. La calma con la que los críticos de siempre avalan proyectos “algo frescos” y algo interesantes en sus habituales columnas no tiene ninguna relación con la poesía que los veinteañeros (e incluso menores) están escribiendo. Leyendo sus recuentos daría la impresión que la poesía peruana tiene una enfermedad de nostalgia por sus viejas glorias, ponderando al mismo nivel a proyectos que simplemente reordenan lo aprendido por los Grandes Poetas del Siglo XX©, con obras que no tienen ninguna deuda con nadie y se paran firme como esfuerzos nada anacrónicos. Varios de esos interesantes proyectos, por cierto, aún son escritos en papel y publicados de manera “tradicional” como el último libro de Cristian Briceño.
Generalmente las revoluciones no son pacíficas, y de seguro el cambio de óptica sobre la poesía peruana en los próximos años dará paso a acalorados debates y peligrosas ofensas entre unos y otros. Que sea una disrupción como un terremoto o más bien una seguidilla de sismos lo fijará el contexto. 2022 también ha sido otro año de interesantes publicaciones de poesía en lenguas originarias, otro segmento de la poesía peruana ignorado frecuentemente por la crítica. Algunas de estas publicaciones se me han escapado del radar pero estoy seguro que portales como Hawansuyo de Freddy Roncalla siguen siendo espacios para la saludable visibilización de estas propuestas.
Comúnmente me extendería muchos más párrafos hablando sobre como cierta crítica está siendo responsable de un supuesto atasco para la poesía peruana. Pero en lugar de eso diré que es natural que personas que nacieron y aprendieron a escribir con un tipo de lectura, no se encuentren necesariamente aptos para criticar lo nuevo. En todo caso, se necesita también una nueva generación de críticos -ya sean estos jóvenes o de cualquier edad- que se pongan la misión de valorar las creaciones poéticas más recientes desde sus nuevos contextos y estéticas, fuertemente dirigidas por los medios desde donde están siendo escritas.
Dije atrás que la crítica podría darnos la impresión de que la poesía peruana sufre un atasco. Creo que mi objetivo personal con este recuento es despejar esa idea. Hay mucha poesía peruana que se está escribiendo fuera de los límites de esa melancolía. Este recuento no está ordenado como un ranking, aunque sí expresa una preferencia por un proyecto que me gustaría subrayar como el que considero más valioso este año -y colocado al final del artículo-
Ps: Si bien no es un libro de poesía sino sobre poesía me gustaría mencionar a El Poema es una cosa que circula de Mateo Díaz Choza como un libro muy interesante que vuelve a poner la cuestión de clase en el debate sobre poesía peruana. El libro tiene ensayos muy informados sobre la actualidad de la poesía peruana contemporánea. Hay muchos puntos en los cuales difiero y que me gustaría comentar después, pero por ahora me gustaría destacar junto a los proyectos aquí reunidos.
Sisma - Paul Guillén
Publicado por la editorial Pesopluma. Es raro encontrar poesía peruana impresa que se anime a tocar la escritura (y la lectura) desde la intervención, el sampleado, la descontextualización y el "licuado" de textualidades tomadas de terceros. Más raro, que este tipo de técnicas no sean usadas desde lo presuntuoso o la mera acumulación de méritos frente a algún jurado ficticio. En Sisma no se pretende interpelar o sorprender a un jurado de tesis sino que estas técnicas se asumen como maneras válidas de cargar de sentido el poema, a estas alturas del texto.
Sisma plantea un personaje que deambula a través de la rajada realidad peruana, una cuyo epicentro geográfico dentro del libro es el terremoto de 2007 en Ica (lugar de origen del personaje dentro del libro, cómo de Paul Guillén) que sirve de analogía a otros lugares igual de desoladores: las reformas neoliberales del 93, las constantes crisis políticas y la masacre de los peruanos que para el funcionamiento de la sociedad capitalista solo importan como números. Ya sea en un terremoto o en una pandemia.
Me gusta mucho como Guillén utiliza la intervención de periódicos y láminas escolares, así como de ponencias académicas para criticar (sin apelar a la superioridad moral o a la culpa del lector) las injusticias sociales peruanas. Es un uso sutil y muy indicado para este tipo de libros. Sé que el lugar común aquí es referenciar a La Nueva Novela del chileno Juan Luis Martínez. Es cierto que se ha comentado con anterioridad que la poesía mexicana y chilena tienen grandes influencias en la obra de Guillén, pero por supuesto que esas influencias no significan para nada un homenaje.
A pesar que el poemario es "fragmentario" hay una cohesión muy clara entre cada texto. Hay un epicentro que es el dolor rugiente del Perú en perpetua crisis -una duración de vida contada en sismos-. También se podría hablar de la visualidad del libro, pareciera que Guillén (en el buen sentido) comprendiera la manera de leer de una época. No hay momentos de excesiva "densidad" sino estos están recortados y esparcidos a través y alrededor de las imágenes textualizadas. Lo cual no quiere decir que los textos sean superfluos o complacientes, Sisma al final genera el vértigo y el desvío que se exige a la poesía. Sin caer en el lugar común de la tristeza o la solemnidad, es un libro que se da el lujo del caído, el de reír mientras todo lo malo le pasa.
Nube de Internet- Iara
Nube de Internet es una compilación en Hydra, el formato de live coding para composiciones en vivo, que en el video aparecen en una cronología pensada por la poeta. Hydra ha adquirido cierta popularidad en los círculos de música experimental y artes visuales para realizar intensas sesiones en vivo donde se manipula el espacio de la página para crear visualidades psicodélicas escribiendo código en el navegador. Nube de Internet es una versión editada que conserva la psicodelia de una presentación en vivo, sumando también la voz distorsionada recitando las visualidades que aparecen.
Nube de Internet es un caso de hiperconcretismo donde prácticamente toda la potencia del texto está relacionada a la disposición visual de las palabras. Han pasado cien años desde Oquendo de Amat y sus 5 metros de poemas y poco más de medio siglo de César Toro y sus Especímenes, para saber que es costumbre de los poetas peruanos averiguar sobre qué superficies se puede escribir. En este caso, la superficie es una marea de incontables olas de video que son escritas con versos etéreos que hablan sobre el humano desintegrándose en internet.
Hay momentos en los cuales esa desintegración resulta un tanto aleccionadora y binaria (especialmente en el final) de forma que me parece algo reduccionista sobre la experiencia digital. Esto no quita que Nube de Internet sea más bien una obra que catalice los miedos y ansiedades de esa pérdida de humanidad, como también podría reunir las ansiedades de dejar la página impresa para hacer poesía en la digitalia. Los partos son siniestros, y ese nuevo mundo del cual Nube de Internet pareciera ser heraldo pareciera encontrarse en ese momento “donde lo nuevo no nace” y es la época de los monstruos.
Ex Orient Lux- Khori Pac/ Mantaro a Wayta Pallay- Arian Vincent
El 2022 ha sido un año bastante activo para el colectivo de poesía (o cyberayni) Los Demonixs del Ande de Huancayo. En Enero se presentó su primera compilación de textos, en una lámina psicodélica con QRs editada por Lumpérica Editorial. La presentación fue una fiesta de poesía electrónica con el acompañamiento del músico cuzqueño Alan Poma, principal promotor del “futurismo andino”. Unos meses después pude ver sus “recitales” en Lima en Casa de La Literatura donde utilizando multimedia, sintetizadores y brillantinas prestadas del año 3000, este grupo de poetas se animaban a reinventar lo que puede ser la poesía en vivo.
Los dos proyectos aquí mencionados fueron escritos en Twinery, un programa web bastante popular para realizar recorridos hipervinculares y multimedia, frecuentemente usado para programar videojuegos indie.
Ex Orient Lux de Khori Pac, uno de los tantos seudónimos del colectivo, es una especie de poema-instalación de ciencia ficción andina. La primera estancia abre con instrucciones y un videoclip que compila la psicodelia y bravura de las fiestas futuristas andinas del verano. Creo que para el futurismo andino de Huancayo, la aparición de lo digital en sus posibilidades les ha resuelto la cuestión de querer hacer libros-objeto que no cuesten ni al productor ni al lector. Los poemas de cada estancia parecieran escritos en telares cósmicos, avanzando en algunos casos linealmente. Varios de ellos contienen enlaces escondidos “Huevos de Pascua” para el argot de los programadores, que contienen manifiestos. Todo el recorrido de Khori Pac se fundamenta o en su sonido o en su visualidad, en la elección de la tipografía y el fondo. La noción de página está casi perdida y la simultaneidad del tiempo circular que impulsa el futurismo andino encuentra en el hipervínculo un punto en común con el ciberespacio. La utopía que Khori Pac plasma en Ex Orient Lux es un cyberpunk andino, libre del capitalismo o el obstáculo neoliberal. Sin necesidad de ser cursi o explícito sobre sus preferencias políticas, que circulan como flujos a lo largo del texto. Un fantasma hecho forma de los deseos inconclusos que el Perú viene esbozando hace muy poco. Comparado a otros proyectos del año pasado que fueron publicados por Khori Pac, me parece que este último ha ganando más consistencia e interactividad que sus predecesores.
Mantaro a Wayta Pallay es un proyecto totalmente distinto, que utiliza lo digital para recrear estéticas principalmente asociadas con una modernidad andina de hace un siglo, o en todo caso el entendimiento que se tenía de modernidad en la época de la vanguardia histórica andina. El poema está compuesto por sampleos de Serafín Delmar y Antenor Samaniego, que encuentran sus acompañamientos visuales y sonoros en las pinturas de Sabogal, las fotografías de Chambi y la composición de Celso Garrido Lecca “Danzas Populares Andinas”. Creo que este proyecto firmado por Arian Vincent lleva sin costuras el recorrido que ahora se proponen Los Demonixs del Ande, la toma de posta de las vanguardias peruanas del ande que se tomaron este lado de la peruanidad para construir lo nuevo. No puedo negar que me haga algo de ruido este asunto medio de recreación o duplicado. El lector que juzgue.
Parte- Cristian Briceño
Cristian Briceño es ese tipo de poeta que se ha esforzado y logrado en convertirse en un “autor” con una obra que puede leerse coherentemente y tiene a lo largo de todos sus volúmenes puntos y señales en común. Alguien que escribe cada poemario como un capítulo de sus futuras “Obras Completas”. Pero uno al final, al que todo ese camino le va saliendo bastante bien hasta ahora.
Yo diría que el principal tema de Briceño desde sus primeros libros es la desolación y la desesperanza que las reformas neoliberales trajeron al Perú durante los años 90s. Es cierto que en sus anteriores textos esta desesperanza estaba más relacionada con la expulsión del intelectual y el poeta de su lugar en la sociedad, y su proscripción cuasi malditista a la enfermedad rodeado por reducidas sectas de iluminaciones. Briceño en Parte se manifiesta como un poeta del “Realismo Fujimorista” peruano, en su libro más explícitamente social de los que ha escrito hasta ahora.
Parte es un poemario cuya estructura ha sido pensada minuciosamente, un grupo de sonetos (muy libres) sobre los relatos de soldados que participaron en la defensa de Arica y fueron víctimas de las masacres y atrocidades de los peores momentos de la Guerra con Chile. Una guerra a la que los soldados peruanos asistían a sabiendas de que iban a perder y que su máxima misión era vender cara su derrota. Los sonetos iniciales son desmembrados progresivamente en cada sección, llegando a una compuesta por puros neologismos y gráficas (lo más cercano que estará Cristian Briceño de hacer poesía concreta probablemente)
El Perú descuartizado de Briceño puede ser una analogía de la fragmentación política peruana que en la actualidad ha llegado a picos irreconciliables, pero que se desliza como un incómodo fantasma desde el Fujimorato. Al final el Perú masacrado es la disolución de las utopías comunitarias que podían haber tenido asidero en los 70s. Una conclusión de individuos violentados y dejados a su suerte. El pensamiento de nación es diluido, representado en fragmentos del himno nacional apenas reconocibles en las partes más violentas del libro. No hay un Perú posible. No existe algo así como una nación sino individuos y sus transacciones personales.
Junto con Sisma de Paúl Guillén, Parte es un poemario que documenta ese periodo de anhedonia nacional que ha venido persiguiendo al peruano desde los años 90s. Esa a veces referenciada fidelidad al fracaso. Con los fantasmas del neoliberalismo del 93 siendo despejados por una generación posterior, un libro como Parte es uno que procede directamente de las entrañas de ese monstruo.
Harawinchis, Poesía Quechua Contemporánea (1904-2021) Recopilada por Gonzalo Espino Relucé
Leer Harawinchis es una experiencia agridulce casi de principio a fin. Es acudir a un cúmulo de escrituras de más de un siglo de duración que se han propuesto innovar, revitalizar y cantar desde el Quechua, la lengua más importante de sudamérica antes de la llegada de los españoles. Y el aspecto agridulce que el lector puede llevarse es el de encontrarse con más de una centena de escritores, la mayoría de ellos borrados por completo de la tradición peruana, proscritos a ser algo exótico e incomprendido. En el mejor de los casos, a tener un pie de página en alguna de las compilaciones del siglo XX de Gonzalez Vigil, a pesar que varios de estos poetas no hayan sido malditistas, suicidados o efímeros escritores, sino personas que publicaron por décadas sin que sus poemas fueran considerados parte de La Poesía Peruana.
Diera la impresión que Harawinchis compila otro Perú silenciado por las políticas de hace bastante tiempo. Por supuesto aparecen algunos de los poetas “clásicos” que son más o menos reconocidos en la discusión sobre poesía peruana: Arguedas, Kusi Paukar y Killku Warak, como también otros autores muy interesantes y más recientes como Dida Aguirre García, Eduardo Nimango, Odi Gonzalez, Freddy Roncalla, Chaska Anka y Neil Palomino, entre otros.
La razón por la que este proyecto se cuela aquí, es cierto, no es por su compilación histórica (aunque realmente haya sido una de las mejores cosas que he leído el 2022) sino porque Gonzalo Espino tiene la valentía de antologar autores hasta el año en que cierra el libro. El capítulo del libro titulado Penúltimos, Penúltimas intenta dar forma a la poesía quechua contemporánea y la que está formándose, animándose por compilar a autores jóvenes que prácticamente el libro presenta, como a Deisy Gimena Huaman Atao o Luis Berrocal Fray. En el primer casos se menciona que sus poemas circulan “en cuadernos y publicaciones de Facebook” y en el caso de Berrocal son composiciones escritas en Tablas de Sarhua, un trabajo pictórico de arte popular que tradicionalmente expresa el modo de vida y cultura de la comunidad andina del distrito de Sarhua. Estas suertes de “Libros objeto” en quechua (tómese todo lo forzado de esa analogía) son parte de la nueva poesía peruana que se viene escribiendo fuera de Lima.
Ps: Qué impresionante es la poesía de Neil Palomino. Sus libros de “concretismo” en Quechua merecen una mención aparte. Taniwi de 2021 es un libro que no pude mencionar en mi anterior recuento porque desconocía de su existencia. Vale la pena leerlo.
Acid Google- Gato Mustio
Gato Mustio es un Proyecto/ Ente/ Personaje? relacionado con el colectivo (igual de gaseoso en su anonimidad) Central Lux Pasco de Cerro de Pasco. En el poema Acid Google, un video editado con alguna herramienta pirata descargada de internet, la tradición peruana es citada por la voz de la ayudante de Google. El poema es una invocación -entre sarcástica y estudiosa- que arma un collage sonoro de poemas clásicos de la tradición poética peruana. Tal vez el más reconocible de ellos sea el “Si tienes un Amigo que toca tambor” de Manuel Morales.
La pulsión del poema es adolescente, y se podría decir que prácticamente ningún verso ha sido escrito “originalmente” por Gato Mustio, salvo las “preguntas” con las cuales el poema provoca a la voz de Google. El poema es una alegoría a la educación “autodidacta” del poeta a través de internet, lanzando interrogantes básicas y hasta genéricas de un chico de 18 años a la boca de un ente que “todo lo sabe”. Algo así como un escolar pidiendo la resolución de su examen de matemática a un genio salido de una botella. En lugar de directrices específicas, como las que un ayudante digital como Alexa diría, lo que es devuelto son fragmentos de poemas, que vienen a dar la respuesta a las consultas del adolescente, revelando laberintos en lugar de señales exactas.
Los poemas leídos robóticamente y desprovistos de una “sensibilidad” humana se mezclan con la base electrónica y el mantra radioheadiano de “Ok Google” para armar un frankenstein sensorial entre absurdo, ridículo pero también amenazante, cruel y extraño. Si bien la visualidad está presente en el texto, es la materia sonora la parte más importante de este poema.
El accidente y otros poemas/ Indoamérica- Renzo Porcile
La línea inicial del libro de Porcile es toda una declaración de principios en un verso. “Lince/ lo radial vuelve y todo es sin imagen” Una expulsión de lo visual y el ruido multimedia de la cultura del siglo XXI, y la entrada de aquello que avanza sin verse, del poema en su acepción de la segunda mitad del siglo XX, una forma mental de elasticidades infinitas, que no señala pero se hace, crea y esparce como se multiplica no en los ojos sino en las sienes del lector.
Por obvias razones este tipo de proyectos me dan de arranque algún tipo de desconfianza. Durante los últimos años se han escrito varios intentos de poesía “anti-visual” con manifiestos incluidos y diversos resultados. Algunos más melancólicos que otros. Pero es imposible dejarse seducir por el ritmo y el crisol de significados que los poemas bañados de sugerencias de Porcile logran. Compuesto únicamente por cinco poemas largos, es un libro donde se puede rastrear al neobarroco de Saravia o los mejores y más recientes textos de Rafael Espinosa o Montalbetti. Todo esto sin significar un homenaje o apropiación de estas referencias, sino más bien un camino propio.
¿De qué trata finalmente un libro como este? ¿De qué trata un poema tan pasional, combativo, irónico y sarcástico como Invitación a un Iniciado? Si es que queda “claro” que el poema inicial “Concierto para Theremyn” es una declaración de principios que se mantendrá durante todo el libro, luego los poemas juegan en potenciarse con esas ideas. ¿”El accidente” va sobre una pareja hablando sobre los límites del amor o es una trampa para hablar sobre la maleabilidad del lenguaje?
Yo diría que El Accidente y Otros poemas es la utopía del poeta de los ojos cerrados. Alguien que no ve y tiene fe en las cualidades de la palabra desde su elasticidad mental. Por supuesto, los poemas escritos por Porcile también se “ven” y se “escuchan” sin necesidad de apelar a pantallas o parlantes, prefieren utilizar como instrumento al propio cerebro. Uno diría que este libro rema a contramarea de lo que mucho de la nueva poesía peruana se está proponiendo. Logra hacerlo bellamente. Con poemas así, ¿Quién necesita hipervínculos?
Ps: El poema “Indoamérica” publicado en Hueso Húmero puede considerarse también parte de este conjunto. Es un poema igualmente logrado y que vale la pena leer.
La Materia Verbal (Varios) Compilación Luis Alvarado
La Material Verbal es la más reciente compilación de poesía sonora peruana hecha por Luis Alvarado (Buh Records) Y si bien gran parte de la compilación está compuesta por proyectos “clásicos” de este tipo de poesía en el Perú (como Materia Sonora de Eielson de 1972) también ha sido una excusa para publicar experimentaciones sonoras nuevas, que eran o parecían inéditas hasta la publicación de esta antología.
Resonancia Magnética Nuclear de Virginia Benavides, Socos de Frido Martín, pers.pec.tiva de Macri Cáceres, Cae el Cuadro de Paola Torres Nuñez del Prado (Parte de Aielson), Huayno Europeo de Peru Saisprez, Carteles de Sandra Suazo, Na na na na na na na de Lisa Carrasco e Hipercomunicación del mismo Luis Alvarado son los proyectos “recientes” que La Materia Verbal compila.
Na na na na na na na de Lisa Carrasco es uno de los poemas que más me gustó. Es irreverentemente parecido a una canción o el segmento del lamento de una canción pop. Mayormente cantado actúa como un epitafio o elegía a algún rockero anónimo que desciende a su incineración, acompañado por toda la mitología malditista de las estrellas que el pop nos ha enseñado. O esa desaparición no es necesariamente la de una estrella de pop, sino de un “replicante” un escolar o un adolescente cualquiera embullido por las imágenes. Espero con ansias que este tipo de poema sea leído en alguno de los recitales de la autora, con la intensidad y coralidad que presenta en la compilación.
“Cae el Cuadro” de Paola Torres Nuñez del Prado es parte de Aielson, un proyecto de Inteligencia Artificial, en la cual un algoritmo entrenado con los poemas y la voz de Eielson resucita al autor para que escriba “nuevos poemas” El resultado, audios que no son de Eielson pero suenan a él recitando nuevos poemas que su pulso vital no pudo haber escrito. Me sorprende que pocas veces se mencione lo aterrador y umheinlich de este proyecto.
La poesía sonora peruana, al igual que la poesía electrónica (muchas veces ambas son una como en el caso de Aielson) han sido parte de varios esfuerzos recientes por posicionarse como parte de la literatura de este país. Me pareció significativo que Casa de la Literatura haya acogido un taller de José Ignacio López Ramírez Gastón sobre poesía sonora, alguien que ha compuesto este tipo de creaciones hace varios años. En 2020 López Ramírez Gastón presentó Microtrilce, recientemente publicado en CD. Este tipo de talleres, diálogos o conversaciones sobre poesía experimental también se vienen haciendo en lugares independientes y contraculturales. Es otra olla a presión a la que prestar atención en estos días.
Resentidoposting
Estoy más seguro que el Resentidoposting es poesía antes que pensarlo como literatura. Lo cual es contradictorio, pero está relacionado con que el ejercicio del meme peruano tiene más en común con escribir versos que con los géneros, barreras y lecturas que plantean los estudios literarios. A inicios de año un par de páginas se hicieron bastante populares escribiendo memes (combinaciones de texto e imagen) en Instagram en la cual tomaban imágenes icónicas de la cultura pop peruana (ya sean estos lugares, telenovelas, políticos, etc) para realizar una crítica de izquierda a través de la memoria. Entre hauntología y punk, el Resentidoposting ha sido durante 2022 el meme peruano (o limeño?) más “artístico” y que mejor ha sabido innovar sobre cada una de sus etapas.
Luego vino el debate propio de una sociedad sin un consenso social: las rencillas entre el resentidoposting hecho por coneros (habitantes de los conos de la ciudad de Lima) versus el resentidoposting escrito por universitarios adinerados procedentes de PUCP o la Universidad de Lima (el pitukoposting, ¿alguien más tiene una reminiscencia al rock subterráneo de los 80s con este impase?) Afortunadamente esa división ha virado ya no tanto a la procedencia social (que en el mundo del meme es casi irrastreable) y más bien con la política que ejercen estas cuentas. Las masacres ejercidas por el gobierno de Dina Boluarte en varios lugares del país significaron una división de silencio y activismo entre sectores de páginas que escriben este meme, haciendo una división más “real” que la únicamente signada por la supuesta procedencia de algún memero fantasma.
El resentidoposting no tiene un autor, y es una construcción comunitaria que viene siendo escrita por cientos de peruanos ahora mismo. No conocemos exactamente la procedencia de estas personas ni la edad, aunque me animaría a decir que el memero peruano promedio tiene entre 17-21 años. Hasta ahora nadie ha tomado uno de sus memes y lo ha hecho parte de su carrera. El resentidoposting es un oasis de creación en medio del desierto de aburrimiento del internet en redes sociales. Una prueba más de que las ansias por hacer arte y contemplar obras creativas son inherentes al ser humano. Al final los creadores (que no son decenas sino cientos) de estos posts no actúan por un afán de lucro sino el simple hecho de hacer y compartir. El placer mueve esta “poesía pop” de internet. Nadie sabe hasta donde llegará, o qué nacerá luego de que, como a todos los memes, le llegue su muerte.
Algunas cuentas activas de este meme en Instagram son @peruvian_gangsta,@exconserva,@futuraentropia, @excabinero,@conerx_inestable, @resentide.social, @pituchafaposting, @dcadenciaaaa, @carapulcrashitposting, @somewhereunderthehuayco, @coneraposting entre muchas otras.
Mi Primer Poema/ Cadáver 14N- Nanai
Mi primer Poema de Nanai es un poema compuesto de varias estancias programadas a través de Hydra, el mencionado programa de live-coding para hacer visuales en vivo que corre directamente en el navegador web. Todos los segmentos (o lexías) de Mi Primer Poema están unidos por versos repetitivos que giran sobre un eje bastante simple pero que es amplificado por la intensidad de cada estancia: las primeras experiencias y específicamente las primeras iluminaciones del poeta al escribir un poema.
Este tópico, tocado hasta el hartazgo en la poesía contracultural latinoamericana de los 70s en adelante, conoce en Mi Primer Poema una vuelta de tuerca que le devuelve “el sentido” a ese tipo de versos. Tal vez el fastidio de los lectores entrados en años con poemas sobre primeras experiencias es que esas supuestas primeras experiencias están carcomidas por una anacronía que las hace ver ridículas u obsoletas. ¿Qué de especial tendría un universitario “cachimbo” de 2020 hablando en un poema escrito en una servilleta y publicado en una página impresa sobre lo deslumbrante que fue leer y escribir como escritores de hace 50 años? ¿A mí que me importa un listado de manías a lo Roberto Bolaño, si no hay nada nuevo en ellas, solo un copipega ocioso y obnubilado consigo mismo?
Mi primer poema es algo así como la “promesa cumplida” de la poesía peruana joven de internet, porque es una que no niega esa admiración por la novedad, sino más bien se adentra en ella hasta las últimas consecuencias, utilizando nuevas tecnologías y medios que no habían sido tocados en la poesía peruana. Esto, siendo mucho más impersonal y menos confesional que lo era la poesía de internet peruana de 2018. La propuesta de Nanai está llena de ternura, y si bien no sé cuánto de fuego puede haber en un recurso tan asimilado como ese, es una ternura que está exenta de diarios o personalismos. Lo que aparece en cambio es una impersonalidad “cuántica” derivada del uso y despersonalización de la navegación en internet. Tal vez un momento en el cual eso se explicite es cuando el poema le pide al lector acceder a su cámara, y los versos aparecen en el rostro del lector. Pero no es un rostro común, sino a través de un filtro, vaporizado por la experiencia. Un yo irreconocible, despedazado por los flujos digitales.
Personalmente Mi primer poema de Nanai ha sido mi poema/ poemario peruano favorito de 2022. Sé que hay muchos otros poemarios en esta lista que deben tener méritos de otros tipos, tanto en el esfuerzo y la versatilidad con la que algunos de los proyectos han sido escritos. Pero me entusiasma pensar que Mi primer Poema es efectivamente el primer poema, no de Nanai, sino de una generación de poetas peruanos escribiendo por ahora en las sombras. Dejándose volar la cabeza no solo por las herramientas digitales de última generación sino por los sueños que escritores como César Toro o Sologuren tuvieron hace unas décadas y que para la mayoría de poetas y críticos que crecieron en los 80s y 2000s les suena a ruido y basura. Finalmente un uso del poema que puede escandalizar y separar aguas de verdad entre formas de lectura relacionadas con épocas y tecnologías de esas épocas. De todos los proyectos que he leído este año, Mi primer poema es el que mejor mira hacia adelante y que creo que merece toda la atención que podría tener cualquier otro texto aquí reunido, aunque poco o nada se haya escrito al respecto por ahora.
En Cadáver 14N, Nanai va tras flujos más relacionados con los movimientos sísmicos de la política peruana reciente. Hace apenas un par de meses la conmemoración por los dos años de la muerte de Inti y Brian estuvo vaciada de multitudes, y a diferencia de lo que sucedió hace unos años, vio a una izquierda progresista realizando pequeñas manifestaciones en plazas de Lima, muy alejada del fervor popular de hace bastante poco. Por supuesto, no es fácil haber recibido las arremetidas de una ultraderecha que se ha dedicado por mucho tiempo a desvirtuar lo que fueron en vida aquellos dos jóvenes (y para hacerlo, sacar un arsenal de racismo, clasismo y mentiras que los medios masivos repiten a cada hora) Pero también es cierto que la izquierda limeña ha fallado en conectarse con una población que la mira con cada vez más desconfianza. Los homenajes de Inti y Brian han sido momentos de una tensa nostalgia. Llenas de cantores y trovadores que ya no veían la necesidad de mirar décadas atrás para perseguir a los héroes sino estos se encontraban con vida a la vuelta de la esquina. Como si la muerte y la rebelión del 2020 se hubieran convertido en otra pieza de museo, una de la cual pueden sentirse más orgullosos pues “estuvieron allí”.
Por eso no me gustaría pensar a Cadáver14N de Nanai como un homenaje. No creo que lo sea, o no al menos como lo han sido los homenajes de “concientización” de los cuales son predilectos para un sector de la izquierda. El poema está compuesto en Hydra, y utiliza el hipervínculo para desviar la posibilidad de una lectura lineal e invita a una exploración a través de varios sampleos que Nanai propone para repensar el 14N. El poema es una instalación digital como sonora, todas las lexías están acompañadas por el tristísimo audio de la madre de Brian Pintado al enterarse del deceso de su hijo, un audio que fue transmitido en vivo durante el día de la marcha.
Como todos los proyectos de Nanai, gran parte de la potencia expresiva recae en recursos que apelan a lo emotivo, en este caso el poema es violento, difícil de leer y escuchar al mismo tiempo por lo desgarrador del contexto en el que el mismo texto se sitúa. Es imposible ser “exquisito” e ignorar el horror de la represión policial. No una belleza sino manchas de sangre que nos cuestionan.
Roberto Valdivia (Lima, 1995) Ha publicado libros de poesía. Ha escrito el ensayo sobre poesía peruana Un continuum peruano hace un par de meses. Ahora está escribiendo un libro sobre poesía peruana electrónica llamado Mañana es Mejor.